Cuando el profesor requirió que hiciéramos un ensayo sobre un tema actual me preguntaba: ¿y qué tema? ¿qué voy a escribir? Luego de tanto pensar y ver noticias a diario, que mejor tema que la criminalidad. Títulos como: Otra mujer más víctima de violencia doméstica, Joven muere en balacera, Tiroteo en plena avenida, Madre mata al niño y luego se suicida. Entonces nos preguntamos: ¿quién es el responsable de tanta delincuencia? ¿Es el gobierno, las escuelas, la educación en el hogar, la policía? Todos los días vemos en nuestros periódicos el aumento en asesinatos, homicidios y mujeres víctimas de violencia doméstica. La gran mayoría de los fallecidos son jóvenes varones, o los causantes de los mismos. Esto sin mencionar los robos, escalamientos, fraude, entre otros.
Primero que todo debemos preguntarnos qué educación están recibiendo nuestros hijos en nuestro hogar, en nuestras escuelas. Como padres, ¿estamos enseñándoles los valores apropiados? Día a día en nuestras calles o, en las visitas a centros comerciales, vemos padres por un lado y los hijos por otro lado sin ser atendidos por los primeros. Si esto es lo que observamos en el frente de la sociedad ¿qué hay en la casa? Con toda seguridad el padre y la madre llegan de trabajar todos cansados y estresados para sentarse a ver televisión o tal vez para descargar el coraje hacia su pareja o hacia sus hijos. El tiempo que debió ser para sentarse a cenar, conversar sobre cómo les fue el día, cómo se sienten y educar sobre los temas del día a día. Cuando los hijos no andan en buenos pasos le echamos la culpa a la escuela: ‘porque en la escuela el maestro le falto el respeto’, ‘el maestro lo tenía en contra de él o ella’, ‘el maestro se ausentaba mucho’. Cuando debemos entender que en el hogar, por lo antes expuesto, debió comenzar la educación, las enseñanzas cristianas, la enseñanzas de valores correctos, el respeto a los demás, entre otros. Son cosas básicas que son responsabilidad de mamá y papá.
Pasemos en segundo lugar a la escuela. A la escuela nuestros hijos van a aprender español, matemáticas, ciencias, entre otras materias. ¿Se les educa sobre el respeto a sí mismo y a los demás? En ocasiones sí, pero solo en ocasiones. Que podemos esperar si en algunos momentos vemos discusiones entre padres y maestros. Una de las anécdotas de mi suegro trata de que en una junta de padres y maestros en el colegio que asistía mi cuñada todos los padres defendían a sus hijos. Mi suegro muy objetivo, conociendo que los estudiantes de ese grupo eran un tanto indisciplinados, se levantó frente a todos y les dijo: ‘yo soy el papá de María Lugo y el día que ella les falte el respeto les autorizo a que le den una buena galleta en la cara para que respete’. Todos los padres lo miraron con sorpresa y los maestros sintieron alivio pues al menos uno de ellos había reaccionado ante la desorganización que tenían los alumnos. Claro está los maestros, de altos principios, no iban a golpear a mi cuñada pero si podían llamarle la atención y sabían que contarían con el apoyo de esos padres.
En tercer lugar tenemos el gobierno y sus pertinentes agencias. ¿Han escuchado a padres diciendo es culpa de la policía, es que no tenía otro sitio porque Vivienda no me ayudó, es que llevé a mi hijo a AMSSCA y me dijeron que viniera después? Llegamos a las agencias de gobierno cuando ya se nos va de las manos el asunto que debió ser rectificado desde niño o de adolescente según sea el caso. ¿Qué pueden ser responsables las agencias de gobierno? Por supuesto que sí, pero solo en una que otra ocasión.
Por último nos volvemos a preguntar ¿y quién es el responsable de tanta criminalidad? ¿Somos nosotros como padres, la escuela como ente educador, el gobierno? A mi entender los tres somos responsables. Los padres, por no educar sobre el respeto a sí mismo y hacia los demás, además de los valores que debemos enseñarles a nuestros hijos. El observar y cuidar de ellos en todo momento para indicarle cuando está bien y cuando está mal. Los maestros por otro lado, que en muchas ocasiones carecen de vocación y compromiso hacia esos niños y adolescentes. Y por último y no menos importante el gobierno que muchas veces carece de compromiso con el bienestar social. Por tanto debemos educarnos para ser mejores padres, mejores maestros y mejores trabajadores gubernamentales, en fin mejor ser humano.
sábado, 23 de mayo de 2009
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